¡SUSCRÍBETE PARA ENTERARTE DE NUEVAS EXPEDICIONES!
EXPEDICIONES Juan Villarino tiene como meta organizar viajes de autor en grupos reducidos a destinos subestimados por la industria turística y desprestigiados por los medios.
No nos tomamos los viajes a la ligera: nuestras expediciones están pensadas para quienes buscan una aventura instructiva, con foco en la inmersión social, la historia y la etnografía.
Pero para que entiendas mejor qué hace únicos a nuestros viajes y sepas qué esperar de ellos, necesito contarte un poco más sobre mi camino personal como viajero.
Una comunidad real en torno a los destinos no convencionales
Es una historia que comienza hace 20 años, cuando en mayo de 2005 abordé un velero en el puerto de Belfast, Irlanda del Norte, con la idea de dar la vuelta al mundo en autostop.
Como parte de esa odisea de 27 meses, y con los cañones de las guerras en Irak y Afganistán aún humeantes, me aventuré a cruzar ambos países (además de Siria, Irán, Pakistán y demás provocadores de “madre mía”) para desafiar los estereotipos mediáticos y reconciliarme con esa humanidad supuestamente hostil.
De allí surgió Vagabundeando en el Eje del Mal, el primero de mis cuatro libros, que con 25.000 ejemplares vendidos han inspirado a una generación y el blog Acróbata del Camino, primero en español dedicado a los destinos no convencionales y online desde 2005.
Desde ese momento fundacional he recorrido más de 110 países y territorios, siempre siguiendo itinerarios alternativos y alojándome con lugareños para documentar la cultura local de primera mano.
Así, en estos veinte años, se ha formado alrededor de los libros y newsletters semanales una creciente comunidad de lectores hispanohablantes que, desde Buenos Aires a Madrid, y desde Sevilla hasta Bogotá, comparten esa mirada antropológica de los viajes y esa búsqueda de la interacción social.
Fuera de la esfera hispana, esta cruzada por postular el viaje como herramienta de entendimiento me han valido este artículo en The New York Times, y el honor de conferenciar en The Explorer’s Club, donde han expuesto sus hazañas referentes como Amundsen o Charles Lindbergh.
Los viajes grupales: la decisión de abrir el juego
Un día me di cuenta que esa comunidad tenía un genuino interés en los países sobre los que escribía, pero no existía una oferta turística adecuada para quienes esperaban de los viajes una experiencia cultural significativa, para los que no se conformaban con “seguir al guía de la banderita”.
De ahí surgió la propuesta de organizar expediciones grupales en grupos reducidos que, a la vez que ofrecieran una logística profesional, con alojamientos, traslados y comidas incluidas, cuidaran la sensación de descubrimiento y la mística de la exploración.
No lo digo metafóricamente. No es marketing.
Utilizaremos cartografía física para entender el contexto de cada lugar que visitamos. Me vas a ver desplegando un mapa de un metro de ancho sobre el capot de un Land Cruiser en medio de las montañas Pamir para explicarte cómo fue que las intrigas diplomáticas entre el imperio británico y la Rusia zarista definieron las fronteras afganas.
Pasión por la cartografía y la historia
Quien avisa no traiciona: soy historiador amateur con debilidad por el siglo XIX y las minorías étnicas, y disfruto de compartir las historias y lugares que me apasionan.
Me declaro culpable de haber recorrido la antigua Prusia Oriental (actual norte de Polonia) en bicicleta utilizando mapas del siglo XIX para localizar castillos en ruinas de la era alemana, y al año siguiente Asia Central en tren, autostop y a caballo haciendo trabajo de campo para un libro sobre la identidad post-soviética de la región.
Por eso, en mis viajes, siempre estaremos atentos a las conexiones históricas, que están allí en el ambiente a la espera de ser leídas e interpretadas, sea en una receta local, en los restos de un caravanserai, o en la etimología de una palabra.
Contacto humano
No menos importancia tendrá el contacto humano: compartiremos cenas o almuerzos con familias locales en varios puntos del itinerario y nos detendremos a conversar con lugareños en una casa de té al costado del camino.
No porque sea más cool hacerlo, sino porque soy un convencido de que los encuentros entre viajeros y locales tienen un potencial epistemológico enorme para crear puentes y entendimiento entre culturas.
Son situaciones uno a uno donde el entendimiento súbito entre extraños crea una medicina que debería ser escalada a los numerosos conflictos macro que sufre el planeta.
Cuanto he aprendido sobre interacción social en estos 20 años de viajes, estará al servicio del grupo para facilitar estos encuentros, en lugar de ir con prisa de un imperdible al siguiente.
Por otro lado, las expediciones siempre terminan creando vínculos entre los propios integrantes. Pues si te sumas a alguna de nuestras expediciones, no estarás simplemente realizando un viaje épico, sino ingresando a una comunidad de viajeros y viajeras afines.
Para estar al tanto de nuevas expediciones, ¡suscríbete al newsletter desde el formulario!